miércoles, 4 de febrero de 2015

BACTERIAS MUTANTES ATACAN LA ESTACIÓN ESPACIAL INTERNACIONAL

Bacterias mutantes atacan la estación espacial internacional
Para ellas, ni siquiera las durísimas condiciones del espacio exterior son un obstáculo insalvable. De hecho, sobreviven incluso a las gélidas temperaturas que hay más allá de la atmósfera terrestre. Y lo hacen sin agua, sin nutrientes y sin nada que las proteja de la intensa y letal radiación del Sol y las estrellas. Las bacterias llevan viviendo dentro y fuera de la Estación Espacial Internacional desde que ésta empezara a ensamblarese, a finales de 1998. Y ahora se están convirtiendo en un problema serio, tanto para su estructura como para la integridad física de sus ocupantes.

Dio la voz de alarma hace ya un año Anatoly Grigoryev, vicepresidente de la Academia rusa de Ciencias, durante una conferencia científica celebrada en Moscú. Y no es para tomarlo a broma. Setenta y seis clases de microorganismos diferentes han sido identificados hasta el momento a bordo de la plataforma orbital. Muchos de ellos resultan inofensivos, pero algunos han demostrado ser perfectamente capaces de causar graves daños.

En palabras del propio Grigoryev, recogidas entonces por la agencia Interfax, “Ya tuvimos esta clase de problemas en la vieja estación espacial MIR, y ahora los tenemos en la ISS. Las bacterias están atacando la estación. Estos organismos corroen los metales y los polímeros y pueden causar fallos en los equipos”. Con el agravante, además, de que se trata de bacterias mutantes, es decir, que han cambiado para adaptarse a unas condiciones muy diferentes de las que estaban acostumbradas. Y nadie sabe hasta dónde pueden llegar estas mutaciones. Para Grigoryev, también la tripulación corre peligro: “La multiplicación incontrolada de estas bacterias -sostiene el científico- puede causar enfermedades infecciosas entre los miembros de la tripulación”.

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